LA FAMILIA EN AL-ANDALUS
En la familia andalusí, el padre era la autoridad absoluta a quien mujer, hijos y sirvientes debían obedecer sin rechistar. La poligamia- hasta un total de cuatro mujeres, como establece el Corán- estaba permitida siempre y cuando se pudiera tratar a todas por igual, sin favoritismos ni discriminaciones. Si el bolsillo lo permitía, el cabeza de familia podía, además tener concubinas y esclavas en número ilimitado.
Los preparativos del matrimonio se iniciaban con una petición formal del novio a su futura familia política, en la que debía especificar la cuantía de la dote que ofrecía. A cargo de la novia quedaba la preparación del ajuar: ropa de casa, vestidos, tapices y joyas. La fecha del enlace la elegía un astrólogo tras consultar el horóscopo.
Una vez casada, la mujer apenas salía de casa y si lo hacia ocultaba su rostro tras un velo, pues día mostrarlo a su marido y parientes cercanos. La de clase acomodada pasaba las horas en casa, dedicada a su aseo personal y belleza. La salida al baño constituía un acontecimiento social. Allí, reunida con sus amigas, charlaba, peinaba su larga cabellera, se maquillaba con kohl y alheña, se ponía ungüentos para la piel y se perfumaba con esencias de limón, rosas, violetas, azahar, ámbar y almizcle.
A pesar de esta vida de reclusión, algunas mujeres andalusíes de clase alta gozaron de más independencia que sus hermanas del resto del Islam medieval.
Los versos de varias poetisas describen una intensa vida amorosa que desafiaba las reglas sociales.
Los preparativos del matrimonio se iniciaban con una petición formal del novio a su futura familia política, en la que debía especificar la cuantía de la dote que ofrecía. A cargo de la novia quedaba la preparación del ajuar: ropa de casa, vestidos, tapices y joyas. La fecha del enlace la elegía un astrólogo tras consultar el horóscopo.
Una vez casada, la mujer apenas salía de casa y si lo hacia ocultaba su rostro tras un velo, pues día mostrarlo a su marido y parientes cercanos. La de clase acomodada pasaba las horas en casa, dedicada a su aseo personal y belleza. La salida al baño constituía un acontecimiento social. Allí, reunida con sus amigas, charlaba, peinaba su larga cabellera, se maquillaba con kohl y alheña, se ponía ungüentos para la piel y se perfumaba con esencias de limón, rosas, violetas, azahar, ámbar y almizcle.
A pesar de esta vida de reclusión, algunas mujeres andalusíes de clase alta gozaron de más independencia que sus hermanas del resto del Islam medieval.
Los versos de varias poetisas describen una intensa vida amorosa que desafiaba las reglas sociales.
Muchas costumbres de las que aquí se relatan, quedaron en Andalucia como legado durante siglos...
Dios mio, casarse con 4 mujeres....eso es un castigo terribleee!!!, que Alá nos pille confesados
ResponderEliminarjaja
Pedro