Esta casa del siglo XII conserva el ambiente intimista de las viviendas hispanos- musulmanas, acogiendo en sus estancias y patios una exposición de monedas árabes de oro, plata y bronce de todos los momentos de la presencia musulmana en Al- Andalus. En una de las salas encontramos la maqueta que es copia de una de las primeras fábricas de papel de Occidente. El descubrimiento de la fabricación de papel y de la imprenta fue patrimonio de los chinos, llevado al resto de Europa por los musulmanes, hecho que constituye un momento decisivo para la expansión de la cultura universal, que por primera vez se pone al alcance de millones de personas cuando los "Molinos árabes" del Guadal-quivir, molian trapos para hacer pasta de papel portadoras de libros.
En lo primero que me fijé al entrar a la Casa Andalusi, fue en la pequeña fuente colocada en el centro del patio, con un timido chorro de agua, lo suficiente para regar sus llamativas flores.
Al entrar y mirar el conjunto del patio, al fondo se divisaba el pequeño banco arabe y las inscripciones del arco en la pared, como antesala a la sala principal.
Este rincón entrando al patio a la derecha , con ese pozo artesanal rudimentario, fue un sitio que me encantó, ahi sentada contemplaba todo el conjunto y ese ambiente especial que nos envuelve, como dijo un poeta que lo visitó, en el año 97, Pedro Marfil Ruiz.
El sabor andaluz de la casa, con la música
Que llena todos los rincones, con los aromas,
Con el colorido de flores y decoración...
Es algo más que una casa, es un ambiente
Vivo y que invita a vivir...
En esta sala podemos observar objetos andalusis, desde adornos de plata, ropa, libros, ceramica o servicios de té. Solo algunas cosas podemos comprar, sobre todo libros.
Desde esta sala donde está la maqueta de una de las primeras fábricas de papel de Occidente, salimos al estrecho y sorprendente callejón que bordea la casa desde un pequeño patio.
Despues de recorrer el estrecho callejon particular que rodea la casa, volvemos entrar en ella por esta puerta, gratamente sorprendidos por la contemplación de la preciosa fuente llena de rosas sobre sus aguas cuyo perfume nos envuelve aun al traspasar la puerta y desembocar en el patio de salida hacia la calle de los Judios, donde tenemos muy cerquita la una de la otra, la Sinagoga, la Casa de Sefarad y la Casa Andalusi en la cual nos hemos sentido identificados.
En la misma calle de los Judios, a dos pasos de la Casa Andalusi, tenemos la Casa de Sefarad, donde podremos encontrar entre otras muchas cosas, su exposición permanente y contemplar su ceramica colorista y singular, asi como los preciosos adornos de sus mujeres. Una visita que nos enriquece y asombra por su desconocimiento.
Qué casa más bonita, que bien y que fresquito se tiene que estar en el patio. Ahora, no querría tener que limpiarla...
ResponderEliminarBesos
Ni yo tampoco...
ResponderEliminarAparte del patio lo más fresquito el estrecho callejón que desemboca en la fuente.
Que hermoso, he quedado realmente impresionada. Cuanto arte nos ha quedado de ellos. Cualquier detallito es una maravilla, eso sin mencionar el entorno. Entrar alli debe ser como retroceder en el tiempo
ResponderEliminarUn abrazo
Ciertamente es asi, me alegro te haya gustado, seguire poniendo muchas cosas de Córdoba...
ResponderEliminarUn besito
Te ha quedado preciosa esta entrada, son preciosas las fotos, no es para menos con lo que allí había.
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