30 de julio de 2010

Plaza de Tiberiades y por la calle de los Judios de Cordoba

Antes de llegar a la Sinagoga pasamos por la plaza de Tiberiades, donde Córdoba rinde Homenaje a uno de sus hijos ilustres Maimoniades, medico y escritor de libros medicos.

La fachada de la Sinagoga en la calle de los Judios. Si no levantas la cabeza y lees su nombre en la pared, te pasa desapercibida, ya que tienes que atravesar antes un patio para poder acceder a su entrada.

Entrada a la Sinagoga , atravesando el vestibulo se penetra en la Sala de oración.
La unica visitable. Fue construida en el siglo XIV en estilo mudejar y sirvio de templo hasta la definitiva expulsión de los judios en 1492.Exponente único de origen medieval que se conserva del legado hebreo en Andalucia.

Interior de la Sinagoga.
A traves del patio de entrada se accede a un pequeño vestibulo, a cuya derecha hay unas escaleras que dan acceso a la parte femenina. El muro que soporta la tribuna de las mujeres se abre con tres arcos ornamentado con yeserias de gran belleza.


En el muro oriental se puede ver el tabernáculo en el que se guardaban los rollos del Pentateuco.

Al frente se abre la estancia principal, de planta cuadricular y decorada con atauriques mudéjares.
El descubrimiento en 1884 de su interesante yeseria, profusa en motivos vegetales e inscripciones de salmos, determinó su restauración.

Saliendo de la Sinagoga, un poco más arriba de la calle de los Judios podemos encontrar la Casa Andalusi, nos resultara interesante ver la maqueta de una de las primeras fabricas de papel de Occidente. El descubrimiento de la fabricación de papel y dela imprenta fue patrimonio de los chinos, llevado al resto de Europa por los musulmanes, hecho que constituye un momento decisivo para la expansión de la cultura universal.

2 comentarios:

Fina dijo...

Me ha gustado mucho esta entrada. Para algo te sirvio andar tanto por Cordoba, me ha gustado mucho

Mª de los Angeles dijo...

Si, al menos vi todo lo que me interesaba,no es sitio de descansar, eso lo haces cuando vuelves a tu casa...