EL COSTALERO
Yo me lo figuro, llegando un dia el costalero, asi, como él es,- después de la Semana de Pasión que es esta vida-, llegando como él es a la entrada del cielo. Con sus alpargatas de esparto y en mangas de camisa, llamando a la puerta con su mano derecha encadecida y sudorosa, y llevando en la izquierda, como trofeo de gloria, ese saco, ese costal almohadillado que se colocaba un dia en la iglesia de san Julián para sacar a la Virgen de la Hiniesta. Y como en los cuentos, saldrá San Pedro a abrir la puerta del cielo y preguntará:
-¿Quien eres?
-Soy costalero
De la Pasión de Sevilla.
-¿Que es eso?
-Me maravilla
Que no lo sepa el portero
Costalero
Es ser el viril de Dios,
Es andar juntos los dos
Por el mismo derrotero,
Yo abajo, y arriba Él
Porque no rompa su piel
En las piedras del sendero...
Costalero
Es ser trono y ser carroza;
Es ser espina que goza
Porque es arriba rosal;
Es ser un poco en lo humano
La mano sacerdotal
Que eleva en el aire ufano
A Cristo Pan y Cordero.
Costalero
Es de ni carne y mi mano
Hacerle a Dios un sendero.
Pedro le abre la puerta y le deja pasar con silencio y admiración. El costalero entra en el cielo con sus alpargatas de esparto y su pobre camisa.
Se encuentra con Jesucristo;
-!Ay, Señor del Gran Poder,
Que yo fui tu costalero!...
Nazareno quise ser
Y en mis espaldas tenerte
A ti por cruz y madero.
!Ay Señor del Gran Poder!
Sobre mi carne tú peso
!Como cargó sobre mi!
Tu, Señor, a cambio de eso
Sobre tus dos hombros preso
-cordero loco y avieso-
me fuisteis llevando a mi...
!Ay, Señor,
que yo fui tu costalero!
!Ay, Cordero,
Tu fuisteis mi buen Pastor!
Los dos nos fuimos llevando:
Tú Pastor, yo costalero, los dos íbamos pesando
Por amor.
Yo me lo figuro, llegando un dia el costalero, asi, como él es,- después de la Semana de Pasión que es esta vida-, llegando como él es a la entrada del cielo. Con sus alpargatas de esparto y en mangas de camisa, llamando a la puerta con su mano derecha encadecida y sudorosa, y llevando en la izquierda, como trofeo de gloria, ese saco, ese costal almohadillado que se colocaba un dia en la iglesia de san Julián para sacar a la Virgen de la Hiniesta. Y como en los cuentos, saldrá San Pedro a abrir la puerta del cielo y preguntará:
-¿Quien eres?
-Soy costalero
De la Pasión de Sevilla.
-¿Que es eso?
-Me maravilla
Que no lo sepa el portero
Costalero
Es ser el viril de Dios,
Es andar juntos los dos
Por el mismo derrotero,
Yo abajo, y arriba Él
Porque no rompa su piel
En las piedras del sendero...
Costalero
Es ser trono y ser carroza;
Es ser espina que goza
Porque es arriba rosal;
Es ser un poco en lo humano
La mano sacerdotal
Que eleva en el aire ufano
A Cristo Pan y Cordero.
Costalero
Es de ni carne y mi mano
Hacerle a Dios un sendero.
Pedro le abre la puerta y le deja pasar con silencio y admiración. El costalero entra en el cielo con sus alpargatas de esparto y su pobre camisa.
Se encuentra con Jesucristo;
-!Ay, Señor del Gran Poder,
Que yo fui tu costalero!...
Nazareno quise ser
Y en mis espaldas tenerte
A ti por cruz y madero.
!Ay Señor del Gran Poder!
Sobre mi carne tú peso
!Como cargó sobre mi!
Tu, Señor, a cambio de eso
Sobre tus dos hombros preso
-cordero loco y avieso-
me fuisteis llevando a mi...
!Ay, Señor,
que yo fui tu costalero!
!Ay, Cordero,
Tu fuisteis mi buen Pastor!
Los dos nos fuimos llevando:
Tú Pastor, yo costalero, los dos íbamos pesando
Por amor.
Siguió andando por el cielo. Sus alpargatas de esparto comenzaban a trasfigurarse, y su pobre camisa sucia con el sudor del trabajo, se empezaban a convertir en una túnica de nieve. Seguía llevando en su mano izquierda el costal almohadillado que se ponía para sacar a la Virgen. De pronto, en uno de los caminos del cielo, se encuentra cara a cara con Ella.
-¿No me conoces Señora?
Que yo fui tu costalero.
!Que me miren,Madre, ahora
Esos ojos que yo quiero!
Fui tu tiesto y tu florero...
Tú arriba fuisteis la flor;
Sobre mis hombros de acero
Tu llevabas el salero
De tu manto triunfador.
Y la gente te aplaudía,
La saeta te clavaba,
El piropo te encendía
Y la noche te besaba...
Y yo abajo decia
-tinieblas, polvo y sudor-:
"Por Ella, soy costalero,
Por amor..."
Y todo el palio temblaba
Del goce que yo sentía,
y tu amor me bendecía
y tu pie me acariciaba...
Yo la tierra, Tu la flor,
Por ella fui costalero,
Por amor.
El costalero sentía mientras hablaba que algo florecía en su mano izquierda. Miró,y el pobre costal había desaparecido. Tenia en su lugar una corona de rosas.
Los ángeles cantaban y la Virgen sonreía...
Esta pagina, ha sido un homenaje a los costaleros de Sevilla, que son únicos en el arte y la gracia de pasear "los pasos", por las más estrechas calles de nuestra ciudad y lucirlos "bailándolos". En cuanto recuperan un poco de espacio, disfrutamos todos con sus largas "chicotás"...
Nadie como el Padre Cué Romano, escribió paginas mas bellas sobre el costalero. También a ese extraordinario poeta dedico mi recuerdo.
Nadie como el Padre Cué Romano, escribió paginas mas bellas sobre el costalero. También a ese extraordinario poeta dedico mi recuerdo.
Que bonito te ha salido 'sevillana resalá'
ResponderEliminarOLE OLE Y OLE!!!!!
ResponderEliminarAnda que menuda pedazo de foto encontraste al final!!! está preciosa la entrada abuela!
mil besitosssss
No es una foto, fíjate bien, es un montaje del artista de la familia y tiene su historia...ja, ja, ja. He puesto la única foto de costaleros que me ha gustado para concluir la "entrada".! Me alegro te guste "capillita"! Bezasos.
ResponderEliminar!Cuiquilla!, que costalero más guapo y con esa mirada...has puesto en la columna. !Me encanta!
ResponderEliminarSi,como pá perder la cabeza, ja, ja, ja...
ResponderEliminarmamuchi¡¡, muy original la foto de los pies de los costaleros....y dificil:)..besos
ResponderEliminar¡Qué precioso!
ResponderEliminarEnhorabuena, Ángela. He descubierto tu blog y ya tienes a otra seguidora vitalicia.
Entiendo que esto hay que compartirlo con los demás, así que espero que me aceptes que lo suba a mi blog. Caso que quieras que lo quite, no tienes más que decirlo y respetaré tu decisión ¡Faltaría más!
Muy buena entrada, sí señora!!!
Saludos desde Gines.